- ¡NO LO SOY, Y LO SABES! - Espetó con furia.
- ¡TAN SOLO TIENES 17 AÑOS miley! - Ella no tenía idea de que fue lo que lo puso en este estado. Estaba furioso, o incluso peor. Pero para el, estar relacionándose con una pequeña de diecisiete años cargaba en su conciencia, y se sentía tan bien. El la quería, de verás la quería. Pero sus principios iban demasiado lejos como para dejar que la situación siga de esta forma.
- ¡¿ACASO NO TE INTERESA LO QUE SIENTO?! NO ESTOY HECHA DE CARTÓN, NICHOLAS. PUEDO TENER LOS AÑOS QUE QUIERAS, PERO ¿ADIVINA QUE? AÚN TENGO SENTIMIENTOS.
-miley... no podemos seguir así. La situación no puede seguir así... E-esto esta mal, y tu eres una niña, y yo podría lastimarte en cualquier momento, y...
- bien hecho, Nicholas. Lo acabas de hacer. - la joven volteó y tomó su campera, para dar el portazo más potente de su vida; dejando a su compañero 8 años mayor detrás, mientras éste se odiaba. Por lastimarla, y perjudicarla, (por que a pesar de todo, el estaba tan enamorado como ella).
Miley se negó llorar. Puso su capucha negra hasta cubrir el principio de sus ojos, y comenzó a caminar, pateando las gordas gotas de lluvia en el aire. Ella no era de las que creían en el amor. Hasta que lo encontró. Bailaron y durmieron juntos la noche que se conocieron, y lo demás fue historia; meses después salidas, encuentros y besos a escondidas adornaban las vidas de de ellos.
Ahora ella se preguntaba ¿Cómo fue tan ilusa de caer en su trampa? No lo sabía, y se sentía impotente por eso. Una cantidad de maldiciones se arremolinaban en su garganta, formando un gran nudo y dándole ganas de pegarle a alguien. Mejor dicho, a él.
- Perfecto, simplemente perfecto... - protestaron los dos al mismo tiempo, en distintos lugares. Una por aquella rebelde lagrima rodando por su mejilla, y otro por que luego de 3 meses, volvió a sentirse solo. Y debía reconocer que no le agradó ni un poco. El enojo lo azotó de repente, liberando una patada de lleno al sillón en donde reposaban sus cosas. Miley había llevado una muda de ropa y sus útiles, ya que supuestamente, pasaría la noche durmiendo en la casa de su mejor amiga. Habían mentido, otra vez. Con la pequeña diferencia de que hoy la adolescente se encontraba vagando por la ciudad cubierta por cortinas de lluvia.
Intentó llamarla, pero un sonido llamó la atención del dueño del departamento y notó que la música provenía del bolso que reposaba en el acolchonado mueble. Ella no había llevado el celular, por que había logrado conocerlo muy bien para saber que al dejarlo solo la llamaría.
Nicholas se movió lo más rápido que pudo, y subió a su coche, para buscarla desesperadamente; la noche había caído, y sentía que si no la encontraba podría morir allí mismo.
Miley caminó sin rumbo fijo y empapada durante tres horas, mientras Nicholas buscó sin descanso alguno la misma cantidad de tiempo, sin saber que decirle cuando la viera. El había sido el culpable de que ella se escape, y a la vez sabía que no iba a tolerar mucho tiempo sin su chica. Pero la niña de 17 años no iba a besarlo y olvidarse de todo lo ocurrido. No estaba enojada, estaba dolida, que era mucho peor.
Paró la camioneta en el instante que la divisó en un pequeño banco de plaza.
-Sube..- ella siquiera lo miró. Estaba lista para echarse a correr en cualquier momento. - Miley, vamos a casa. - la tomó del brazo, pero ella fue hábil, se soltó y se alejó lo más que pudo, sintiendo aún los pasos de él detrás suyo.
Ella sabía que estaba actuando como una verdadera niña. Comprobó que el tenía razón, era una chiquilina al lado de un pedazo de hombre al que amaba, y por primera vez en años, se sintió insegura. Nunca nadie la había amado, y mimado como él, y ahora no lo tenía más con ella. Un sentimiento extraño que no conocía hizo parecer que su corazón se empequeñecía, cuando nuevas lágrimas surgieron de sus ojos azules, trayendo con el agua salada, lo poco de maquillaje que restaba.
Tapó su rostro con sus manos, al mismo tiempo que el la sostuvo con sus fuertes brazos.
- Vamos a casa. - repitió el hombre cuyos rulos estaban decantados y pegados en su frente debido a la lluvia.
- por favor... - susurró Miley.
Tapada por una toalla, la menor no supo que hacer. Ni siquiera sabía cual de las dos partes de la discusión era la correcta: La de él, o la suya.
- Toma...- El chico hizo presencia en el living, entregándole un té de frutos rojos, su preferidos, y de los que abundaban en el departamento.
- Nick, yo...creo que tengo que...- La exasperaba el silencio, y decidió terminar todo de una vez, pero su casi-no-nunca-ex-novio la interrumpió.
- No quería lastimarte. Nunca fue esa mi intención... tenía sabido que no debía estar contigo, pero igual seguí, y nunca creí ir tan lejos, no debí ilusionarte... - la frase cayó como balde de agua fría contra la chica de melena rojisa y larga frente a él, no podía creer que la halla sacado del sufrimiento de la lluvia, para ponerla en una peor situación. - Sabía que si seguía lo más probable era...
- ...No me quieres por que soy una niña. Por que yo nunca podría darte lo que necesitas.- Miley iba a desahogarse. Si guardaba un pensamiento más explotaría.
- Nadie ha dicho eso, tú...
- ¡PERO LO PENSASTE! ¡POR QUE SABES QUE ES VERDAD! NUNCA VOY A ESTAR A LA ALTURA DE LA SITUACIÓN. - la joven iba a seguir gritando caprichosamente, pero algo la detuvo.
- Te amo. - soltó Nicholas, creando en ella una cara de asombro muy parecida a la de un bebe.
- Pero...- ella hubiera sido capaz de protestar, pero el la tomó de sorpresa entre sus manos, y le beso tiernamente los labios.
- Te amo. - repitió, tirando de su cuerpo para acomodarla sobre su regazo, mientras profundizaba el beso, masajeaba sus muslos, y ella colocaba una pierna a cada lado de su cintura.
Coló su mano hacia su remera, y la retiró con algunas dificultades por la humedad de la prenda. Besó su cuello y hombros, a la vez que Nicholas se centraba en jugar con el broche su corpiño y quitar su remera. La acostó sobre es sofá; para besar su clavícula mientras escondía su rostro en esta y respiraba su aroma.
- te amo también. - pronunció las palabras sin pensarlo, sintiendo las cosquillas que le producían las pestañas de Nick en su cuello. Miley estalló en carcajadas, contagiándolo y luego, se dio cuenta... Sí. Ella era una niña. Pero amaba que lo fuera.
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hablando de hombres grandes les cuento un secreto a mi me encantan no se por que pero son los que mas me atraen si llego a tener novio me gustaría que sea mas mayor que yo no se los digan a mis padres pero es que creo que para salir con chicos
de mi edad son inmaduros y muy tontos por eso prefiero a chicos mayores ok espero que les hay gustado.Besitoos♥♥♥
wow me encanto muy lindo
ResponderEliminarte quedo estupendo me fascino
besoos:D
wooow pero me super encanto re lindo y bello y descuida no se los dire a tus papis hahaha supe bello.Encerio me encanto.
ResponderEliminarME ENCANTO EL ONE-SOT! ESTUVO GENIAL!!!!! JAJA LA VERDAD A MI TAMBIEN ME GUSTAN LOS CHICO QUE SEAN MAYOR QUE YO PERO SOLO POR 3 AÑOS JAJAJA NOSE PORQUE JAJA ESTAMOS IGUALES JAJA YO NO LES DIGO A TUS PADRES NI VOS LES DIGAS A LOS MIOS OKISSS ;)
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