martes, 30 de abril de 2013

Al Regreso...


25 de octubre 2011, Dallas, Texas.

Amado Nicholas:

Han pasado algo más de 7 meses, desde la última vez que te vi. Lo que son exactamente: 32 semanas, que son 224 días, que son 5376 horas, que son 322560 minutos que a su vez son 19353600 segundos. Y pensaras: que exagerada que lleva la cuenta hasta de los segundos lejos, y tal vez tengas razón y debas alejarte corriendo de mí, pero la verdad, llevo la cuenta exacta porque me parece una eternidad.  Tu quisiste irte y yo te apoye, ese era tu sueño, no te reprocho ni te incrimino nada, solo… te extraño, bebé.

Vivo por tus cartas. Ok, no. Vivo para esperar tu regreso. Tus cartas me mantienen cuerda y feliz. Amo cada una de las letras que pones, incluso cuando tus relatos son tristes y deprimentes, supongo que es difícil relatarme tu día cuando te encuentras en la guerra.

Estas en ese lugar, tan lejos de aquí, de mí. Y quiero que regreses. Mis vecinos, mis amigas todo el mundo cree que estoy loca. Que vivir esperándote, cuando soy tan joven, está mal. Pero es que ellos no lo entienden. Tú eres todo lo que tengo. Todo lo que amo.

En la noche, me siento en mi habitación y miro las estrellas, observo la luna y hablo con ella. Es loco, pero pienso que en algún lugar, tu estarás mirándola también, que la luna es lo único que ambos podemos ver igual y cierro los ojos, te imagino conmigo, como antes. Abrazados, solo sintiendo la presencia del otro. No me siento tan sola cuando lo hago.

Seguiré contando los días y las horas que falten, hasta que te vuelva a ver.

Dulces sueños, bebé. Sueña conmigo.
Te amo, Miley.

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